lunes, 3 de marzo de 2014

Bombas

Hay días mucho más propicios que otros para poner bombas.
El 3 de marzo parece ser uno de ellos. La gente coge la manía de poner bombas en un mismo sitio en ese día y luego pasa lo que pasa...

Pero ni son siempre los mismos los que las colocan ni todas las bombas son iguales. Ya aprendimos con la vieja colección de cromos de Ferma titulada "Armas antiguas y modernas". Han pasado muchos años desde eso, pero sus enseñanzas siguen siendo instructivas. El cromo número 97 nos enseña, por ejemplo, que la bomba de mano es de tamaño pequeño y se arroja con la mano (sic). También nos dice que sirve, particularmente, para desalojar al enemigo de sus refugios.

Claro que los de Ferma no conocían todos los tipos de bombas que existen.
Algunas son muy raras. Las hay con forma de botella de Mr.Proper (no confundir con Don Limpio) y de Fairy (en su formato antiguo).
Estas bombas son de efectos devastadores y suelen explotar a los quince años y medio, aproximadamente. De ellas se desconoce el tipo de explosivo que cargan, pero parece que su capacidad de deflagración aumenta con el tiempo, gracias a un ingenioso dispositivo de acción retardada-creciente, llamado Boost-retard ®. Es muy eficaz.

Siempre explotan en el momento más conveniente y, por lo que he leído en los cromos de Ferma, deben ser complementarias con la bomba de mano a la que la editorial hace referencia, ya que el estallido se produce, indefectiblemente, cuando el enemigo ya ha sido desalojado de sus refugios y se encuentra indefenso y, por supuesto, desprevenido.

Sin embargo, otras de las que se utilizan ese mismo día de marzo son mucho más inofensivas. Explotan a los pocos minutos de haber sido colocadas y, además, los autores suelen avisar con tiempo del momento para el que están programadas. Solo producen daños materiales y podríamos decir que lo único que pretenden es conseguir atención mediática.

Pero las primeras son muy malas. Construidas con espoletas muy poco sensibles y un envoltorio exterior de suave acero galvanizado, consiguen permanecer inalterables a cualquier influencia externa, sea de la índole que sea.
El reloj que llevan incorporado emite un tic-tac sonoro y acompasado, capaz de acelerarse en los momentos oportunos y de retroceder después el tiempo adelantado, utilizando para ello las prolongadas etapas durante las cuales su sonido queda fuera del alcance de los confiados oídos ajenos.
Podría decirse que el sofisticado mecanismo de relojería de estas poderosas bombas imita, a la perfección, los movimientos de sístole y diástole, hasta el punto de ser fácilmente confundidos con ellos.

Así, con todo esto y algunas otras características técnicas (que no debemos revelar aquí para evitar que personas con aviesas e inconfesables intenciones aprendan a fabricar estos mortíferos artefactos), se consigue una bomba excepcional, de propiedades similares a las denominadas "de neutrones", esas que matan sin dañar edificios o vehículos.

En cualquier caso, propondré a la editorial Ferma que, en el improbable caso de que decidan reeditar su antigua colección de cromos, incluyan en ella esta categoría para, de esta manera, ofrecer una visión más completa y actualizada de las bombas que andan sueltas por el mundo.

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