martes, 18 de marzo de 2014

Anuncios por palabras

Toda mi vida profesional se ha desarrollado en la publicidad, pero debo reconocer que nunca he conocido de cerca el mundo de los llamados anuncios por palabras, una especialidad venida a menos en nuestros días, pero que tuvo su importancia para los departamentos de publicidad de los diarios e, incluso, para las agencias de publicidad.

En mi primera agencia, Valeriano Pérez, conocí (ya en decadencia) un departamento de esta naturaleza que controlaba con eficacia la leal María Teresa. Como digo, no tuve ocasión de profundizar en su funcionamiento, pues en aquellos tiempos los aires de modernidad que soplaban en las agencias nos hacían huir de todo lo que no tenía ese aroma de marketing que emitía un estilo de publicidad que entonces creíamos sería la del futuro y, tres décadas después, resultó ser la del pasado.

De lo que no cabe duda es de que los anuncios por palabras han cumplido una misión importante en la sociedad desde que la Galaxia de Gutenberg fue revitalizada por McLuhan.
Un análisis de su evolución a través de las distintas épocas nos daría una visión magnífica de los profundos cambios sufridos por la sociedad con el paso de los años. Creo que es un fantástico tema para una tesis doctoral y no sería nada raro que ya existiese alguna a él dedicada.
Hay que tener en cuenta que, si la publicidad en grandes formatos ha sido patrimonio exclusivo de las empresas, los anuncios por palabras lo eran (y siguen siendo) de los particulares y, precisamente, por eso reflejan con más exactitud el comportamiento, preocupaciones y necesidades reales del individuo, no siempre coincidentes, al cien por cien, con los intereses de los anunciantes.

Viene todo esto a cuento de un anuncio por palabras que me ha remitido un amigo, estudioso de estos asuntos social-publicitarios, y que llama con fuerza la atención. Lo voy a transcribir en su literalidad:

Hombre solo busca chica joven guapa y bien educada para trabajo de ama de casa y compartir su cama. 
NO SEXO, NO CONVERSACIONES PERSONALES, NO RELACIONES AFECTIVAS. 
Casa pequeña con poco trabajo y mucho tiempo libre.
Contrato laboral indefinido. Seguros sociales.
Se advierte que cualquier intento de mantener sexo o iniciar relación personal resultará en despido inmediato. Salario a convenir.
Enviar CV, con pretensiones económicas a ...

Tras una primera lectura, quedé muy sorprendido por el texto del anuncio, publicado, al parecer, en un diario de circulación nacional. Sin embargo, después de comentarlo con mi amigo (experto, ya lo he dicho, en estos temas) parece que, sin que sea posible negar la originalidad del aviso, refleja una tendencia que podría estar empezando a ser cada vez más frecuente. Él me lo explicaba, más o menos, así:
"Dejando al margen la obviedad de quienes buscan sexo sin compromiso, es un hecho que la mayoría de las personas solitarias han buscado compañía afectiva. Esto se ha incrementado en unos tiempos contemporáneos, en los que el sexo era fácil de conseguir, pero el afecto y el calor humano escaseaban.
Hoy vivimos ya un anticipo de lo que será la sociedad posmoderna, en la que ya un creciente número de individuos tendrán resueltas sus necesidades de sexo y afecto (así como las intelectuales), a través de una relación (o varias) no tradicional y buscarán una atención profesionalizada y carente de implicaciones de cualquier tipo en su vida doméstica.
Y, en los estamentos más cultivados o exigentes, no se querrá prescindir de valores gratificantes añadidos, que no impliquen posibles dependencias, como el sexo o el afecto".

Ya digo que, en esto de la publicidad, raro es el día en el que no aprendes algo nuevo...

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