jueves, 7 de marzo de 2013

El Año de la Serpiente Silenciosa

Siempre me han gustado las celebraciones del Año Nuevo Chino.
Todos saben que mis favoritas son las que tienen lugar cuando empieza el del Dragón, pero todas me parecen interesantes y cada una cuenta con un significado especial.
Ahora hemos entrado en el de la Serpiente, que ha tomado, como siempre, el relevo del Dragón.
Los astrólogos chinos han vaticinado un año sinuoso, propio del reptil que le da nombre, y nos han alertado sobre posibles catástrofes de significativa trascendencia mundial, como ya sucediera, por ejemplo, en 2001, 1989 o 1941.
Y no son solo los estudiosos del extremo oriente los que opinan sobre estas materias (ellos se centran mucho en todo los sucedido en 1989, año que fue el comienzo de tantas cosas y la caída de otras que parecían tan inamovibles y seguras como el mismo muro de Berlín). Digo que no son solo los orientales quienes se ocupan de esto, porque figuras tan eminentes como Steigenberger han escrito mucho sobre la Serpiente. En sus célebres "Cartas tristes desde la orilla del Main", publicadas en el invierno de 1994, ya se refirió a ella como la espiral silenciosa que envenena el destino de los hombres.

Todo esto viene a cuento porque hay una corriente de pensamiento que divide los años de la Serpiente en dos categorías bien diferenciadas: los de la sabiduría y los del silencio.
Sin embargo, no se han puesto de acuerdo sobre cuáles son unos y otros.
A mí no me parece tan difícil distinguirlos, pero, claro, yo no tengo suficientes conocimientos astrológicos para atreverme a discutir sus teorías, aunque creo recordar que mi amigo Mala Estrella, un verdadero experto en todo tipo de ciencias paranormales, decía que los del silencio son aquellos en los que la Serpiente se esconde en su propio interior, renunciando a la verdad y encerrando sus sueños bajo una epidermis suave y un alma resbaladiza.

Parece que esta vez hemos entrado en el Año de la Serpiente Silenciosa. ¿Estaremos, de nuevo, bajo el signo de la inestabilidad y de las turbulencias? De lo que no hay duda es de que será un año asociado al agua, que representa al miedo y está justo debajo del fuego que, a su vez, simboliza la alegría y el optimismo. Los oráculos chinos vaticinan que la oposición entre ambos se manifestará en mayo.

Yo sigo sin entenderlo. La Serpiente es sabia y conocedora de que enfrentarse a sus propios deseos es ineficaz, por mucho que la voluntad haya sido sometida a la canibalización de sus instintos y sentimientos. Hace mucho que debieron haberse terminado los tiempos de la imposición del poderío ajeno sobre la conciencia y la soberbia parecía desterrada del comportamiento ofidio desde la lejana época de la fruta prohibida.
¿Quién ha dicho que no hay serpientes buenas? Juan Ramón insistía mucho en lo contrario y mi punto de vista coincide con el suyo, tal vez por nuestra larga convivencia callejera. La siempre calurosa (así es el recuerdo) Ave Brasil también sostenía esta teoría, respaldada y, aparentemente, contrastada en tantos rincones del mundo, ya que solo la celestial espuma derivada de unos pocos versos sueltos, casi póstumos, podría llegar a contradecir la vieja hipótesis, sostenida por el hombre de la silla contra la opinión de los tres honorables miembros...

¿Es que, tras tantos giros sobre los sueños vespertinos de aquellas aspas amigas que iluminaban la penumbra con su brisa, a la suave luz del humo de los barcos, se va a estrangular el antiguo futuro, precisamente cuando las amarras se han soltado y los amenazantes sargazos han sido engullidos por el océano?
No parece sensato, por mucho que se empeñe este Año de la Serpiente Silenciosa, que las platónicas disertaciones no recuperen su naturaleza original. Ya sabemos que, en estos momentos de bonanza profesional, un tanto aislada en el proceloso entorno laboral que vivimos, es sencillo encontrar excusas razonables, pero es sabido que la vida surge por cualquier resquicio cuando vuelve la primavera.

¿Será éste el Año de la Serpiente de la Sabiduría o el de la Serpiente Silenciosa? Aún no lo sabemos. Entre tanto, los expertos astrólogos de China siguen deliberando. Incluso los de Taiwan.

No hay comentarios: