martes, 16 de junio de 2015

Mi patria

Nunca he tenido muy claro cómo conceptualizar con acierto la palabra 'patria'.
Forjar una idea a partir de algo que parece concreto, pero que, en realidad, pertenece al mundo de los sentimientos, es algo que suele resultar tan complicado como entender el auténtico significado íntimo del honor (lo que menciono a guisa de ejemplo y no por su posible - o no - relación con el tema enunciado).

Hay una tendencia convencional a vincular patria y territorio, aunque es generalmente aceptado que el concepto 'patria' va más allá de lo que implica haber nacido en una tierra, en un pueblo o en alta mar.
Ya decía el viejo capitán del bergantín conocido como 'El Temido' (seguimos con los ejemplos) que su única patria era la mar. Otros enarbolan banderas de brillantes colores para encauzar sus emociones y tampoco faltan esos agnósticos (apátridas voluntarios), quienes consideran inaccesible para el conocimiento humano el significado final de lo patriótico.

Yo me siento ciudadano de unos cuantos sitios.... del Canal; de Alhama de Aragón; un poco, incluso, de Villaverde de Trucíos; y, sobre todo, de la calle de Fuencarral.
En todos ellos estoy en mi casa... pero, si a eso vamos, también me parece mi casa cualquier rincón del mundo. Viajar mucho es lo que tiene: conoces, entiendes, compartes... y acabas dividiendo el alma entre cuantos lugares han sido generosos con tu espíritu.

Sin embargo, pese a mi poca experiencia en la traducción al lenguaje vulgar de algo tan poderoso (y, relativamente, intangible), sí tengo, como la mayoría, un vínculo profundo que me parece muy próximo a cuantas interpretaciones he leído sobre lo que unos y otros entienden por 'patria'.
Los componentes afectivos, culturales, emotivos e intelectuales que conforman ese sentimiento tan potente y arraigado, están unidos, de forma indisoluble, con los años fundamentales de la vida de cualquier persona, esos en los que, espontáneamente, absorbes lo bueno y rechazas lo perjudicial, ayudando a la naturaleza a desarrollar tu capacidad para afrontar, siempre desde un punto de vista parcial y limitado, esa cosa tan abstracta e irreal que hemos convenido en llamar 'futuro'.

En este sentido, mi caso no es único, pero sí especial, como el de mis compañeros. Nosotros tuvimos la inmensa fortuna de pasar ese tiempo en un lugar excepcional: en la Colina de los Chopos, que diría Juan Ramón... o en la Colina del Viento, según la profesora Rosa Muro. Colina, al fin y al cabo, que domina con orgullo los antiguos Altos del Hipódromo.
Allí entramos siendo niños y salimos sabiendo muchas cosas, entre ellas, aprendimos que nunca hay que dejar de serlo (niño) y que la vida se engrandece, es cierto, con el conocimiento, pero más aún, con el respeto, la libertad y el compañerismo. 
Algo había en aquellas paredes, en esos enormes espacios abiertos, que te ensanchaba el alma. Subir a diario a la colina era peregrinar hacia un mundo interior más amplio, enriquecido por una fuerza misteriosa que nos sigue impulsando medio siglo después.

No entiendo demasiado de patrias. Tampoco percibo con nitidez la difusa condición que divide a los pueblos en razas, estados y naciones... pero no tengo la más mínima duda acerca de que la patria que yo llevo dentro es patrimonio del espíritu. Y está en lo alto de esa vieja colina que sube hasta Serrano desde la Castellana. Mi patria es el Ramiro.

4 comentarios:

amenofis dijo...

Me ha gustado el artículo, y voy a aportar mi granito de arena sobre el concepto "patria": patria es el patrimonio común, es decir, el bagaje espiritual, cultural y material que pertenece a una colectividad. Dependiendo del tamaño de la colectividad, tenemos "patrias grandes" y "patrias chicas". No es un concepto muy diferente del patrimonio individual, que nos pertenece, una parte debida a nuestro esfuerzo, y otra debida a nuestra herencia. Y según parece, las leyes naturales obligan a cada individuo de cada especie a defender tanto su patrimonio individual, como colectivo. Así, vemos cómo todas las especies marcan sus territorios como individuos y como colectividades (de una u otra manera). En realidad, cada uno de nosotros es el resultado de la combinación de nuestro pasado (nuestra herencia individual y colectiva) y de nuestra relación con el entorno (nuestro presente). Y esto no es sólo una teoría mía: los principios matemáticos de Wiener y de Kalman así lo enuncian, y su aplicación en diferentes disciplinas té
cnicas (como las comunicaciones), demuestran su validez. Este principio científico se cumple siempre, y ninguna especie está exenta del mismo (incluida la "superior" especie humana).

Juan R Lozano

Ladrados dijo...

Ayer tarde "Morriña Patriotera" sentimos mas de uno... y de trescientos, vamos casi como en Las Termopilas.

José Antonio dijo...

De acuerdo con lo de la Colina de los Chopos…
Por razones de afición y trabajo, casi todos los días comparto charla con personas de otros países. Buenos Aires podría ser el cuarto de estar mi casa o alguna plaza de Santiago, frente al Manquehue, un buen lugar para tomar unas cervezas con grandes amigos.
Para saber si son de aquí o de allí las personas con las que me comunico tendría que hacer un alarde de conocimiento fonético o preguntar, que es más sencillo.
Cuando abro la prensa me gustaría compartir espacio con los colegas sirios que están “asfaltando el mar con sus muertos” , empujar hombro con hombro con la gente de Ecuador
Es así, un mundo global, con autopistas virtuales, en el que la dificultad de la distancia se sustituye con la dificultad de los usos horarios.
Sé de utopías imposibles, reclamar un mundo plano, en el que no existiesen diferencias horarias
Hay otras…. Hace un par de años solicité a Ban Ki Moon (respetuosamente) a través de Change.org, la abolición de las fronteras. La petición la firmamos 7 personas: Mi santa (por no discutir) mis tres hijos (una prueba de amor), un servidor y dos señores o señoras con lo que no he tenido el gusto de coincidir
No fue un éxito, pero paso a paso se hace camino. Desde el cielo, cuando vuelo no veo fronteras
No obstante si creo en el concepto de patria. Es como hacer cosas, cambiar grandes palabras por hacer cosas juntos. Un caja común para las pensiones, un sanidad posible, educación universal, criterios solidarios… Eso es la patria, hombro a hombro currar para hacer posible un mundo más amable.
El equilibrio entre la fuerza centrífuga y la centrípeta, entre ser ciudadano del mundo y enamorado de mi pueblo. La humanidad no es contradictorio con los amigos
Me siento español…. Viajero y abierto y sin que serlo esté en contra o competencia con otros Me encanta que me identifiquen por los colores de una bandera y me da miedo que todas ellas tengan en común el palo

Jose-Luis Guijarro dijo...

Naci en Caracas, Venezuela, durante la Guerra Civil española. Me trajeron a España a los siete meses, primero a Burgos y luego a Salamanca (o viceversa no me acuerdo). Mis primeras imágenes son de una Mallorca salvaje con un solo hotel y una pensión en Palma, un tranvía que iba desde nuestra casa a la capital y una chimenea enorme en Porto Pi a mitad de camino. Desde los diez años hasta los veinticinco, Madrid, Paseo de la Habana, Instituto Ramiro de Maeztu, Facu de Derecho, novia, primer trabajo en El Escorial. Beso de Sofía Loren. Año en París en el Oficce National Espagnol du Tourisme. Boda. Año en Dallas Texas. Finca charra en Salamanca. Tres hijos. Muerte de Kennedy. Facu de letras, comunes. Madrid, licenciatura de Germanística. Calle Vallehermoso. Primer trabajo en la Universidad de Salamanca. Quince años allí. Comuna hippy. Año en la Universidad de Edimburgo. Divorcio. Un año en Lille. Tesis de doctorado. Cinco años en la Facultad de Letras de Sevilla. Nueva separación sentimental. Universidad de Cádiz. Treinta y siete años en la ciudad trimilenaria. Compañera hasta hoy. Hija adoptada. Jubileta.

¿Cómo voy a tener patria?


Me encuentro hace unos días con universitaria latino-americana casada con español que lleva once años en España con dos hermanos a su cargo. Me cuenta su dura experiencia de buscarse modo de vivir en este país. Los compañeros la desprecian porque trabaja e un sitio que NO ES su patria. Desplantes continuos. Llora y sufre. Se cambia de trabajo desesperada. Ahora es dependienta de una tienda de comidas. Porque no puede conseguir que España sea su patria después de once años, un marido de Cádiz y dos hermanos a su cargo. Por el PROBLEMA de las patrias.

¿Cómo voy a glorificar el término patria?