sábado, 2 de enero de 2010

Con nocturnidad y bastante alevosía

No han sido suficientes las voces que se han alzado contra la anunciada muerte de una época. Contra el sacrificio incruento de quien se ha convertido, merced a esa ley creada para favorecer a los menos a costa de los más, en el instrumento para castigar a las verdaderas víctimas, que no son otros que la sociedad indisoluble formada por anunciantes y consumidores.
Muchas y variadas han sido las falacias vertidas por quienes tenían que esconder sus verdaderos motivos, tras los argumentos demagógicos utilizados para masajear las meninges ciudadanas con el bálsamo del "SinPubli".
Es curioso que ni el Gobierno ni la televisión pública se hayan preocupado nunca por reducir el abuso de la publicidad en los medios audiovisuales, ya fuesen públicos o privados. Es curioso que siempre hayan sido los anunciantes y los propios consumidores los que hayan tenido que denunciar esos usos excesivos. Y, casi siempre, sin éxito. ¿Dónde estaban entonces los nobles argumentos ahora esgrimidos? ¿Dónde estaba el "porque tú lo quieres así"?
Debo reconocer que a mí me gusta la publicidad. Me gusta mucho. Y creo que la publicidad es tan buena que hasta la mala publicidad es buena. Menos buena, pero también es buena.
El mal nunca estuvo en la publicidad (como no suele estar en casi nada), sino en su mal uso. Y, sobre todo, en el abuso que se hace de ella muchas veces. Abuso del que ni TVE ni el Gobierno han estado libres de culpa.
La consecuencia evidente que esta ley interesada y parcial tendrá es el encarecimiento de la publicidad. Y su pérdida de efectividad. Favorecerá al oligopolio mediático y perjudicará al libre mercado y a la competencia. Los damnificados iniciales serán los anunciantes, pero que no se nos oculte que, los verdaderos y últimos perjudicados seremos todos los consumidores.

Gracias por defendernos tanto, señores del Gobierno. Veremos las películas sin cortes publicitarios, supongo. Pero es que también podíamos haberlas visto antes así (o con cortes breves, que es aún mejor) si ustedes lo hubiesen querido.
Dicen que sí tendrán espacios de autopromoción, pero... ¿para qué necesitan promocionarse, si ya no tienen que luchar por la audiencia? ¿O sí tienen que hacerlo? También aseguran que sí habrá campañas de interés público en TVE. Veremos cómo manejan lo que se nos viene encima.
Les deseamos mucha suerte. Nos deseamos mucha suerte. Porque nos va a hacer falta.

La otra noche murió. Como el Caballero de Olmedo. De noche y con bastante alevosía. Sombras le avisaron. Pero otros, la mayoría, se quedaron en casa.
Descanse en paz la publicidad en TVE.

1 comentario:

Ángel Riesgo dijo...

Gracias Paco por este post. Parece que somos pocas las voces profesionales que se levantan contra este desmán. Habrá que analizar los silencios.