tag:blogger.com,1999:blog-2381078011886439889.post4468040790267917421..comments2024-01-19T16:05:54.558+01:00Comments on RELATOS FUGACES: Portero de nocheUnknownnoreply@blogger.comBlogger1125tag:blogger.com,1999:blog-2381078011886439889.post-41339387564742184622012-10-01T18:38:41.968+02:002012-10-01T18:38:41.968+02:00...Su fama les precede. Son esos que aplican la di......Su fama les precede. Son esos que aplican la distribución irregular de la jornada a las madres que trabajan en Asistencia, entre otros muchos mostrencos detalles como el de negarse a las encuestas de clima laboral cuando en algún departamento hay más que indicios de prevaricación y abuso por parte de su principal preboste. Los que firman despidos sin realizar pesquisas sin que les tiemble el pulso. Son Recursos Humanos. Obsérvese la paradoja.<br />No voy a volver ahora a hacer la etopeya de estos tres tipos (sí volveré a hacerla no tardando) porque creo que a nadie ya hoy pasa inadvertida, por lo que el tolerarla sólo se aviene con, o bien un inabarcable miedo, o bien un subrepticio deseo de hacer méritos a sus ojos, o lo que es menos probable, a una monumental cachaza.<br /><br />Y es que estos que corren son tiempos de posicionarse. Es evidente que muchos ya lo han hecho. Entre ellos, quienes disfrutan de prebendas, o aspiran a ellas. Esos que han olvidado ese muestrario de principios que han devenido en fastidiosa y cargante letanía por contener tan depauperados, abstractos y farragosos conceptos como Honor, Lealtad, Integridad, Valor, o Dignidad. <br />Por supuesto, es mucho más cómodo tener una majada en la que sentirse arropado y una rutina a la que avenirse que no andar clamando famélicas justicias. <br />Pero esos que hoy piensan en el redil apelando a que no les falte pan a sus hijos – aun a pesar de que muchos no los tengan-, tal vez en un futuro cuando sus hijos les pregunten qué medidas tomaron en su día para colaborar a hacer del mundo un sitio más habitable, no sepan qué contestar. Porque decirle a un hijo “fui sumiso y obediente con cuantos pudieran hacerme daño”, o “me limité a mirar silbando para otro lado cada vez que se cometían injusticias a mi alrededor que procuraba que a mí no me salpicaran”, no va a sonar muy heroico. <br />Siempre cabe, eso sí, hacerse una ética a medida. Es lo más fácil. Y lo más cómodo, claro.<br /><br />Francisco Callejo<br />lacharpadelazabache@gmail.comAnonymoushttps://www.blogger.com/profile/08844156881095624439noreply@blogger.com